Es la impasividad del tiempo
la que remacha las heridas.
Que es con un grito al viento
Que es con un grito al viento
como nacen las despedidas.
Que no se hirieron colchones
Que no se hirieron colchones
en pasiones desmedidas.
Que no cuenten los celos
para historias fratricidas.
Que les lloren los relojes
a quienes perdieron tantas vidas.
Que se fundan nuestros cuerpos
con sus carnes pervertidas.
Que no se alejen nuestros sexos
en cada ruda acometida.
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